Para la marinada:
Para el relleno de las sardinas:
Sardinas: preparar o comprar las sardinas en lomos, libres de espinas.
Congelar: las sardinas durante 5 días a -20° El pescado lo vamos a consumir crudo.
Descongelar: las sardinas en la nevera el día que vayamos a consumirlas.
Extremar: la higiene en la preparación de la receta.
Mezclar: el agua, el vinagre y la sal, y marinar las sardinas en esta mezcla durante 15 minutos.
Escurrir: las sardinas y conservar en una mezcla de aceite de girasol y de aceite de oliva.
Cortar: muy finas las verduras, la chalota y el cebollino.
Mezclar: las huevas de arenque con las verduras, salar y aliñar con unas gotas de aceite. Reservar.
Pelar: los tomates, retirar las pepitas y cortar muy fino. Dejar en un colador hasta el momento de utilizarlos para que pierdan el agua.
Hacer: rulos con los lomos de las sardinas y colocarlos en vertical en la fuente de servir.
Rellenar: los lomos de sardina con las verduras y el tomate, y agregar 3 gotas de Tabasco.
Servir: acompañado de unas tostadas de pan.
Este plato requiere un poco de trabajo, pero resultará un éxito por su sabor y presentación. Es ideal para servir como aperitivo o acompañamiento. Al tratarse de una preparación en crudo, es fundamental congelar previamente las sardinas durante un mínimo de 5 días a -20 °C en un congelador doméstico de tres o cuatro estrellas. Esto es necesario para eliminar el riesgo de anisakis y garantizar la seguridad alimentaria, incluso si las sardinas son pequeñas.
Las sardinas, como todo pescado azul, son ricas en ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir los niveles de colesterol. No deberían faltar en nuestra dieta habitual.