Congelar: las gambas frescas a -20 ºC durante un mínimo de 5 días, si no han sido previamente congeladas.
Descongelar: las gambas en la nevera el día que se vayan a consumir.
Extremar: la higiene y mantener en lo posible la cadena de frío durante la preparación.
Pelar: las gambas y retirar la tripa.
Picar: muy fino media cebolleta o cebollino, añadir a las gambas y mezclar bien.
Picar: muy fino el aguacate y añadir a las gambas. Mezclar.
Espolvorear: con perejil cortado fino o cilantro y una pizca de pimienta.
Aliñar: las gambas con el zumo de medio limón, la ralladura de media lima y el aceite de oliva.
Añadir: unas gotas de Tabasco al gusto.
Refrigerar: Hasta el momento de servir.
Macerar: las gambas antes de servir, según el punto de crudo deseado. Entre 10 y 15 minutos es el tiempo óptimo para una textura equilibrada.
Servir: inmediatamente.
No todos los paladares disfrutan del pescado crudo, pero estas gambas marinadas son una delicia fresca y sabrosa. Recomiendo adquirir gambas de alta calidad, frescas o congeladas. En el caso de las frescas, es importante —según dicta la FDA— congelarlas a -20 °C durante al menos 5 días, ya que se consumirán crudas.
Si se dejan en maceración durante demasiado tiempo, se “cocinarán” en exceso, perderán su textura y no estarán tan sabrosas. En mi opinión, el tiempo ideal es de 10 a 15 minutos. Puedes ajustar las proporciones de los ingredientes a tu gusto o añadir unas gotas de salsa picante si te apetece.
Este plato es ideal para servir como aperitivo. El pescado marinado es muy popular en Sicilia y en otras regiones del sur de Italia, donde los mariscos frescos son un componente esencial de la cocina local. Las gambas marinadas se aprecian por su frescura y la simplicidad de su preparación.