Escaldar: los tomates, pelar y retirar las pepitas.
Aliñar: los tomates con aceite de oliva, sal y pimienta.
Triturar: fino.
Poner: 3 hojas de gelatina en remojo en agua fría.
Deshacer: la gelatina a fuego suave con 2 cucharadas de tomate triturado.
Añadir: el resto de tomate a la gelatina, mezclar y colocar en el fondo de los vasitos.
Enfriar: en la nevera hasta que cuaje, mínimo 1 hora.
Mezclar: y triturar los quesos.
Poner: en remojo 1 hoja de gelatina, disolver a fuego suave con 2 cucharadas de agua.
Mezclar: con los quesos triturados.
Colocar: por encima del tomate cuajado unas anchoas cortadas finas.
Colocar: encima el queso con la gelatina.
Enfriar: en la nevera hasta que cuaje, mínimo 3 horas.
Servir: frío, colocar encima de la preparación una anchoa y acompañar de una tostada de pan.
Esta receta es muy vistosa y sabrosa. Su elaboración es algo entretenida, pero el resultado final es un acierto y vas a sorprender a tus invitados sin dudarlo. Ideal para servir en un aperitivo o como acompañamiento de otro plato. Aconsejo comprar anchoas de calidad, ya que el resultado final será más sabroso y potenciará el sabor del conjunto.
Los tomates son una excelente fuente de vitaminas A y C, mientras que el queso aporta proteínas y calcio. Las anchoas contribuyen con ácidos grasos omega-3 y proteínas.