Para la pasta:
Para el pesto:
Si no encuentras linguine, una pasta alargada plana, puedes utilizar tallarines o espaguetis. Es importante no sobrecocer demasiado el salmón para mantener su sabor y textura jugosa. Si quieres reducir la cantidad de aceite en el pesto, puedes usar un poco de agua de la cocción de la pasta. Los tomates secos añaden una acidez y un sabor concentrado que complementa perfectamente la suavidad del salmón y el frescor de la albahaca.
Añadir un poco del agua de cocción de la pasta al mezclar con el pesto ayuda a emulsionar la salsa, logrando una textura cremosa que recubre bien los linguine. Este plato es rico en proteínas provenientes del salmón y en grasas saludables gracias a los pistachos y el aceite de oliva. La albahaca y los tomates secos aportan vitaminas y antioxidantes.