Cortar: las berenjenas por la mitad a lo largo y poner a hervir en agua con una cucharada de sal hasta que estén cocidas, unos 30 minutos.
Escurrir: y dejar que se enfríen.
Rallar: los tomates y freír en una sartén hasta reducirlos a salsa.
Vaciar: la pulpa de las berenjenas y reservar.
Colocar: la piel de las berenjenas en una fuente para horno.
Colocar: la carne de las berenjenas en una sartén con un poco de aceite y mezclar para que vayan perdiendo el exceso de agua.
Añadir: la salsa de tomate y dejar cocer unos 5 minutos.
Rectificar: de sal, espolvorear con nuez moscada, añadir los huevos batidos, remover bien para mezclar todos los ingredientes y dejar al fuego 2-3 minutos.
Rellenar: la piel de las berenjenas con la preparación anterior, espolvorear con ajo picado, perejil fresco y pan rallado.
Gratinar: en el horno hasta que la superficie esté dorada.
Servir: caliente o a temperatura ambiente.
Preparar: con antelación si se desea ganar gusto y potenciar el sabor.
Este plato resulta delicioso si se prepara con antelación. También se puede comer a temperatura ambiente. Es ideal en verano, cuando las berenjenas están en su punto. Por su ligereza, y si lo acompañamos de una ensalada, funciona muy bien como plato único.
La berenjena pertenece a la familia de las solanáceas, contiene abundante agua y es baja en hidratos de carbono, proteínas y grasas. Si deseamos reducir calorías en nuestra dieta, conviene evitar freírla, ya que absorbe el aceite con mucha facilidad. En ningún caso debe consumirse cruda, debido a su contenido en solanina, una sustancia que podría provocar intoxicación.