De los muchos Brownies que he probado, este es para mí, uno de los mejores. Ofrece una capa crujiente por fuera y un interior muy suave. Yo lo horneo en un molde de aluminio y luego, para desmoldarlo, lo recorto. El Brownie corre el peligro de cuartearse con mucha facilidad y con este sencillo truco podrás evitarlo.
Al ser un postre contundente, con un trozo pequeño basta para deleitar a los golosos. Tanto si lo acompañamos de un trozo de helado de biscuit en un postre o lo servimos a media tarde con un té, el plato resulta exquisito.