Para la base:
Para el cheese:
Para la base:
Para el cheese:
A diferencia de otros cheesecakes más tradicionales, esta versión no es excesivamente dulce, lo que resalta aún más el sabor natural de las frambuesas y la frescura de la ricotta. El azúcar glaseado en la receta es mínimo, así que si prefieres un toque más dulce, puedes aumentar ligeramente la cantidad o servir el cheesecake con una salsa dulce, como un coulis de frambuesa o utilizar unas galletas que sean más dulces. Las frambuesas, además de aportar un delicioso toque ácido, son ricas en antioxidantes y vitamina C. Si prefieres un sabor más suave o no tienes frambuesas a mano, puedes sustituirlas por otros frutos rojos como moras, fresas o arándanos. Incluso puedes usar una mezcla de estos para darle una variación de sabores al cheesecake.
Una porción de este cheesecake puede ser una opción más equilibrada si buscas disfrutar de un postre sin demasiados excesos.